Las dos jugadoras de menor edad en el Preolímpico de Belgrado personifican la continua y silenciosa renovación que la Selección afronta para mantener el más alto nivel competitivo. “Las jóvenes venimos a aprender y a equivocarnos sobre la marcha. Otras, en su día, ya lo aprendieron y ahora nos pueden guiar”
ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB / MANUEL DE LA TORRE Y ANA SESTO
“Estamos introduciendo elementos nuevos que van a dar el salto con mucha fuerza. Esa renovación silenciosa que, durante muchos años, venimos haciendo con la llegada de nuevas jugadoras que nunca bajan el nivel”,
explicaba el Seleccionador Nacional, Lucas Mondelo, el día en el que se dio a conocer la lista de doce jugadoras que están representando a España entre Preolímpico de Belgrado.
No es casualidad que esos “elementos” se identifiquen con las dos jugadoras más jóvenes del grupo.
María Conde (23 años) y Nogaye Lo (23) ponen ahora cara a ese constante relevo generacional que, con
José Ignacio Hernández a la cabeza, desde el Área Deportiva de la FEB, y junto con Lucas Mondelo, se viene fomentado para tratar de mantener el nivel competitivo de una Selección Femenina que enlaza siete veranos consecutivos subiéndose al podio de los grandes torneos internacionales.
“Cada una tenemos un rol diferente en nuestros clubes. En la Selección hay jugadoras con jugadoras muy importantes, con un peso muy definido, y luego estamos las que tenemos que estar preparadas y ayudar en los que haga falta”, comenta Conde. La alero, que ya consiguió con la Absoluta el Oro en el Eurobasket 2017 en Praga, vuelve a formar parte de las doce en una cita importante como es este Preolímpico.
“Es gratificante estar aquí después de tantos años intentándolo”, prosigue Nogaye, quien se estrena en un gran torneo.
“Tenemos la ambición de que cada año tenemos una nueva oportunidad de estar. Nunca perdemos la esperanza de estar entre las elegidas”, continúa.
Ambas conocen a la perfección el trabajo y constancia que hay detrás de cada convocatoria de la Selección.
“Es importante que el cuerpo técnico vea que la jugadora va progresando. Que cada año se van haciendo mejor las cosas. El reportorio aumenta, físicamente estás mejor y se presta una mayor atención a los detalles”, detalla María. Nunca hay que tirar la toalla. El caso de Lo es un buen ejemplo de ello:
“En verano acabé pronto la concentración. Pero, no me rendí. Al revés, pensé que tendría próximamente otra oportunidad para seguir intentándolo. Desde el verano hasta ahora he adquirido un punto de madurez. Me ha ayudado mucho jugar dos competiciones y no parar con mi club (el Lointek Gernika)
. Estoy más preparada. No te puedes relajar”.
Tirando de tópico, lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Y más aún en un equipo donde la exigencia y dedicación son máximas. Otra lección que extraer para las noveles.
“Aquí te das cuenta de por qué estas jugadoras están donde están. Todo lo que les rodea es top. Presentan una atención altísima al detalle con el trabajo, las rutinas… Nosotras nos impregnamos de ello. Nos sirve a las jóvenes para llegar a ese mismo nivel en el que llevan tanto tiempo”, expone la alero madrileña.
“Para mí resulta normal venir a la Selección. Quizá no tendría que ser así porque estar aquí es algo increíble, pero ellas te lo hacen sentir y vivir así. Es un lujo poder disfrutarlo”, cuenta Nogaye. La experiencia de la pívot balear, quien jugó su primer encuentro internacional en noviembre de 2015, sirve de ejemplo a las jugadoras de formación que, algún día, podrán trazar su propio camino con la Femenina:
“Somos una ventanita de esperanza. Una demostración de que se puede conseguir”.
Conde pone en valor la importancia de coincidir, trabajar y compartir vestuario entre distintas generaciones:
“Las que venimos por detrás seguimos la misma línea de trabajo y, entremos o no en el equipo, estamos involucradas. Es una balanza entre veteranas y las jóvenes que venimos a aprender y a equivocarnos sobre la marcha. Hay jugadoras que, en su día, ya aprendieron esas cosas y ahora nos pueden guiar. Resulta una mezcla perfecta”.
Quién sabe, puede que en el futuro gente como María y Nogaye ejerzan de faros de las generaciones venideras. El ciclo de la vida también está presente en la Selección.