¿Cuál es su sensación antes de los cuartos?
Es una sensación de estar acercándose a lo que persigues. Todo lo que hemos estado haciendo desde hace un tiempo era para esto. Nos hemos ganado tener a Montenegro en frente en unos cuartos. Sin desmerecer –porque tienen grandísimas jugadoras- no es una de las favoritas, y debemos aprovecharlo desde el principio. Dicho esto son cuartos de final y cualquier cosa puede pasar.

¿Y cómo se afronta un partido de tanta trascendencia?
Como lo que es: un partido especial. Lo tenemos en la cabeza, que es lo importante. Por eso tenemos que salir a disfrutar, como siempre, pero muy concentradas para no regalarles errores. Hay que cuidar los detalles, aunque parezcan insignificantes.

Y dentro de la pista ¿hay alguna clave especial para desatascar el partido?
La clave es la misma que ha venido siendo durante todo el campeonato. Tenemos que estar muy  bien en defensa porque este este va a ser un partido muy largo. Tenemos la experiencia de campeonatos importantes y hemos de tener paciencia para esperar nuestro momento e intentar romper el partido

¿Paciencia puede ser la palabra de los cuartos?
Una de ellas. Hay que ser intensas y trabajar sin perder la paciencia. Cuidar la ansiedad para no perder el norte y aprovechar ese momento porque llegará.