Segunda victoria contundente, esta vez ante Venezuela, y clasificación para afrontar el cruce decisivo de cuartos ante Corea como primeras de grupo. Una nueva demostración de calidad y ambición que permite llegar al partido decisivo en plenitud.
MIGUEL PANADÉS / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
España no ha encontrado oposición en los dos rivales de su grupo. Los mismos argumentos expuestos ante China, basados en la velocidad para sacar ventaja de jugar a campo abierto, sirvieron ante una Venezuela incapaz de frenar las continuas avalanchas de nuestra selección. La capacidad de las exteriores españolas de poner el balón en el suelo y cruzar la pista en pocos segundos unida la rapidez sin balón y de unas jugadoras interiores que adueñaban de la calle central para llegan al aro contrario mucho antes que sus rivales, convirtió por momentos el partido en un festival de contraataques. Cuando Venezuela conseguía mejorar el balance defensivo y se encerraba en una zona, surgía entonces la inteligencia táctica de unas jugadoras españolas con calidad para amenazar desde el tiro de tres o desde el pase interior.
17-7 al final del primer cuarto y 41-22 al descanso. No importaban las ventajas, no importaba el luminoso. A España sólo le importa el juego, sólo se centra en que cada defensa sea perfecta y cada ataque se juegue con criterio. Los rivales, con la intención de contrarrestar la superioridad han buscado defensas diferentes pero ante cada propuesta, España ha ofrecido una repuesta excelente. La zona venezolana la destrozaron nuestras jugadoras desde la lectura y la puntería. Solucionados los problemas en ataque, en defensa Mondelo probó opciones que puedan serle útiles en un futuro que mira hacia el siguiente partido del viernes, hacia un cruce definitivo frente a Corea, segunda de su grupo por debajo de Bielorrusia.
En la segunda parte y como si de un reloj suizo se tratase España mantuvo un ritmo constante, obviamente con la mente ya pensando en lo que sucedería cuarenta y ocho horas después, con la satisfacción de haber conseguido el primer objetivo de entrar en los cruces como primeras, con buenas sensaciones, con el equipo envuelto en esa excelencia que convierte a sus jugadoras en perfectas embajadoras de un baloncesto basado en el talento y la armonía. Toda esa suma de virtudes le dio otra nueva victoria ante Venezuela, al final del tercer cuarto 63-34 aunque al final la relajación española y el acierto venezolano provocasen un intento de maquillaje de marcador, con protagonismo de jugadoras que habían dispuesto de menos oportunidades, fabulosa Leonor Rodríguez con 24 puntos, y construyendo esa base de confianza para afrontar nuevos retos.